Hay rincones en la Sierra de Aracena que bien merecen una visita. Espacios naturales con un marcado encanto y al alcance de toda la familia que son protagonistas de una jornada de excursión respetuosa por el corazón de este Parque Natural, donde el agua es ingrediente esencial.
Y más aún en el enclave de los Chorros del Joyarancón –también conocidos como los Chorros de Santa Ana–, donde la cascada de agua que preside el espacio es indispensable y colofón a una ruta de senderismo corta y agradable, acompañada por un riachuelo y la vegetación de ribera propia que se se nutre de su fresca agua.
El camino, perfectamente señalizado, y con entrada al pie de la carretera HU-8105 nos adentra por un espacio de naturaleza pura, en el que el tiempo se detiene y sólo el trino de los pájaros y el cauce del riachuelo nos acompañan a cada paso.
Tras pasar un puente de madera sobre el cauce, la ruta inicia una leve subida que nos proporciona unas vistas únicas de la dehesa de esta margen de la Sierra de Aracena. Y aunque el tramo hacia la cima puede ser un poco pesado, bien merece el (breve) esfuerzo, para llegar a nuestro destino.
Justo en la parte superior, el ruido de la imponente cascacada de Joyarancón nos adelanta la llegada a nuestro destino. Allí, una caída de agua una decena de metros nos permite contemplar un espectáculo cuyo principal encanto reside en lo reducido del espacio.
No hablamos de una cascada de la magnitud de las archiconocidas del Niágara o Iguazú, sino de un salto de agua que es el mejor termómetro para saber si las lluvias han sido generosas hasta el momento con la Sierra de Aracena.
Allí, podemos subir por los bloques de piedras justo hasta la caída del salto y sentarnos a escuchar el silencio de la Naturaleza, encontrarnos con nosotros mismos y sentirnos únicos, en un espacio único.
Es por ello, que desde el Hotel Los Castaños recomendamos encarecidamente que nuestro sendero sea lo más respetuoso posible con el medio natural que encontremos y seamos conscientes de que este camino es paso para algunas de las muchas fincas privadas que existen en esta tierra, fuente de ingresos para muchas familias, por lo que debemos dejarlo todo tal y como lo encontramos y evitar dejar rastro alguno de nuestra visita, especialmente en lo que a basuras se refiere.
Que lo disfruten.