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Primavera de fiestas y flores en la Sierra de Aracena

La primavera ha llegado a la Sierra de Aracena. Nuestro Parque Natural despierta del letargo de los últimos meses de frío (que no de lluvias) y abre sus puertas a la que quizá es una de las estaciones del año clave para este paraíso, con permiso del otoño.

Verde para nuestros campos. Verde para nuestra dehesa. Verde para nuestros castañares, para acompañar el sendero entre paredes de piedra por todo nuestro territorio. Para que nuestros barrancos y arroyos hagan acopio de agua con las últimas lluvias recibidas y que ayuden a la salida del color la superficie.

Porque la primavera en la Sierra de Aracena es sinónimo de color. De tonos rojizos de amapola, del blanco roto de la flor de jara, del violeta de las lavandas o el dorado de margaritas y flores de San Juan.

Y también es sinónimo de olores impregnados en todos nuestros rincones: el aroma a jara, a tomillo, a romero… a las miles de flores que piden su espacio en este rincón, catalogado como Reserva de la Biosfera por la Unesco y al que, cosa lógica, muchas personas han transformado en su rincón ideal para una escapada o para vivir una nueva etapa de su vida.

Las Cruces de Almonaster: fiestas de la primavera en la Sierra de Aracena

Pero la primavera en la Sierra de Aracena también es tiempo para la celebración de algunas de las fiestas con más historia y encanto en nuestros pueblos. En Almonaster, su mes de Mayo (el mes de las flores por excelencia) es también el mes de sus Cruces, una de las fiestas más singulares y vistosas que podemos encontrar en las próximas semanas.

Dos Hermandades: la Cruz del Llano y la Cruz de la Fuente dividen al pueblo en dos grupos humanos en estos días de fiesta (3 al 7 de mayo en este año 2019) en varios rituales que ambas repiten aunque, eso sí, cada una a una hora determinada. Momentos clave como el Domingo de Chubarba, la Tarde de las Flores, la Noche de los Pinos o el Romero son indispensables en la primavera de la Sierra de Aracena.

El encanto principal de esta fiesta de orígenes paganos y cristianizada siglos atrás lo confiere el uso por parte de las mujeres de la localidad del histórico traje típico de serrana, que acompaña a los actos más importantes de ambas, así como la tradición oral cristalizada en las coplas de Almonaster.

Estos cánticos conocidos por todos son parte esencial de la fiesta, donde tampoco puede faltar el ‘pique’, rivalidad sana y simpática que tienen ambas Cruces y que es esencial también para vivir la fiesta donde no puede faltar productos típicos de la Sierra de Aracena para beber, comer y disfrutar con familiares y amigos.

 

Curiosamente, junto a las Cruces de la propia Almonaster, otras aldeas de su término municipal tienen sus particulares Cruces, con guiños a esta celebración matriz aunque con personalidad propia y singular, como son los casos de Aguafría, Calabazares o Las Veredas.

Como ven, la primavera no sólo es tiempo para disfrutar de nuestros senderos por la Sierra de Aracena, ¿verdad?

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